Diariamente al "chapar" la combi (nombre peruano de vehículo de transporte público de dimensión pequeña) accedemos sino a una caja musical con poderes hipnóticos y mensajes subliminales, el menú melódico es impuesto oligarquicamente por el conductor y su cómplice, el cobrador. El simple hecho de viajar sentado ó incomodamente parado sin nada útil o completamente eficiente qur hacer provoca el tiempo suficiente para que la terapia hipnotizante se realize con éxito, para que inconscientemente el individuo asimile el contenido musical que no necesariamente es del gusto personal y disque definido pues esta terapia no perdona género, edad, grado de concentración o condición social.
Al salir de esta cámara virtualmente blindada nos parece olvidar toda experiencia sonora captada pero solo una falsa percepción, pues quién no ha tarareado, silbado o incluso cantado inocentemente, y no darse cuenta inmeditamente, ese sonido pegajoso del ritmo cumbia, regueton, una estupida canción sin sentido (entiendase por ejemple el aserejé) siendo un definido y elegante señor jazz o un rebelde y disconforme heavymetaler o un electro music.....
Y asi pues escuche Juaneco (mujer hilandera) y fui victima del efecto combi
Olé olé Ola
Al salir de esta cámara virtualmente blindada nos parece olvidar toda experiencia sonora captada pero solo una falsa percepción, pues quién no ha tarareado, silbado o incluso cantado inocentemente, y no darse cuenta inmeditamente, ese sonido pegajoso del ritmo cumbia, regueton, una estupida canción sin sentido (entiendase por ejemple el aserejé) siendo un definido y elegante señor jazz o un rebelde y disconforme heavymetaler o un electro music.....
Y asi pues escuche Juaneco (mujer hilandera) y fui victima del efecto combi
Olé olé Ola
Imagen: Del autor
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