Bohemia y contracultura: Quilca

En el plano aparece como una calle más en la amosaicada Lima, desde las calles que la flanquean no llama la atención. Quilca es un lugar que se encuentra webeando, con un "pasaba por ahí", porque me datearon o por que me volví metalero. Es un lugar más conocido por lateadores y sino por tribus urbanas, es como un tesoro pirata que lo conocerás si te conoces con los que la conocen.

Es entonces arriesgándose a recorrerlo en que se descubre su misticismo.

Ubicada entre la av. Tacna y jr. Camaná ella se describe como una calle reciclada, las fachadas de las casonas de adobe y quincha se prestan para el ultraje cultural (murales coloridos a lo "peace and love" que le dán un carácter lúdico); sus interiores hacinados de instrumentos de cultura, subcultura y contracultura -es el lugar donde encuentras lo caleta, lo no comercial, lo original, tal vez el Cien Años de Soledad primera edición, el soldadito de plomo o la muñeca de porcelana, los B-sides de the beatles, el concierto de Metallica en el culo del mundo etc. Encuentras deambulando si es que eres parte de ellos a los demas locos, te das cuenta que pertences al grupo sin grupo pues es también antro de músicos activos y pasivos, de contraculturas y subculturas (metaleros, punkekes, emos, góticos, etc), bohemios, oradores, y los sedicentes de los mencionados.

Pero es en la noche que cobra otra vida con sus expresiones públicas de música, poesía, danzas, teatro, discursos, etc; como también simultáneamente sus afluentes cortejando sin pudor a la depravación (putas). Entonces pues, se despierta por la mañana sacándose de entre sus dientes uno que otro abandonado al alcohol, algún Avernero ,algunos rezagos de tribus urbanas de una noche bohemia.

Bohemia y contracultura entonces, eso es Quilca. Probablemente el cuartel más sincero de la guerrilla contracultural, el último bastión frente a una cultura convencional, de televisión basura, el refugio de "esos seres extraños".